Parestesia

En algún momento de la noche has sentido sensaciones anormales como cosquilleo o entumecimiento… esto puede ser causado debido a que el nervio es sometido a presión física.

Como pasa cuando nos quedamos dormidos sobre un brazo, por ejemplo, este fenómeno es conocido como parestesia y en ocasiones tiene carácter crónico y patológico.

Los casos de parestesia crónica afectan al sistema nervioso central, así como de lesiones severas de los nervios periféricos.

¿Qué es la parestesia?

La parestesia es un fenómeno que consiste en la aparición de sensaciones punzantes, de hormigueo, de picor, de entumecimiento o de quemazón en distintas partes del cuerpo.

Es más habitual que se produzca en brazos, en manos, piernas y en los pies. Generalmente no hay síntomas de dolor.

Las experiencias de parestesia son relativamente comunes en la población general, de modo que no siempre merecen la consideración de patología o de alteración.

Por ejemplo, es habitual que aparezcan sensaciones de este tipo cuando una extremidad queda entumecida por presión sostenida de un nervio, como puede suceder al cruzar las piernas. Los casos crónicos sí son considerados problemas médicos.

Este tipo de parestesia se da como consecuencia de trastornos que afectan al sistema nervioso central, así como de lesiones severas de los nervios periféricos.

 Cuando esto sucede es habitual que la parestesia tenga un componente doloroso.

Causas

La parestesia transitoria y no patológica aparece cuando un nervio sufre presión y desaparece poco después de que esta se interrumpa.

Sin embargo, la parestesia crónica es un signo de lesiones en el sistema nervioso central o periférico.

Entre las alteraciones que afectan al sistema nervioso central y se asocian con la aparición de parestesia crónica destacan la esclerosis múltiple, la encefalitis, la mielitis transversa y los accidentes cerebrovasculares isquémicos.

Los síndromes de compresión de los nervios periféricos también son causas habituales de parestesia crónica acompañada de sensaciones dolorosas.

Otras causas habituales incluyen la diabetes, la artritis reumatoide, los problemas circulatorios (por ejemplo en casos de aterosclerosis), la desnutrición, alteraciones del metabolismo como la diabetes y el hipotiroidismo, el lupus eritematoso sistémico o el abuso de alcohol.

Tratamiento de esta alteración

El tratamiento de la parestesia crónica se dirige fundamentalmente a corregir las causas últimas de la alteración.

Suelen ir acompañadas con síntomas físicos o cognitivos cuando afecta el sistema nervioso central.

Los casos de parestesia transitoria, no requieren ningún tipo de intervención ya que son fenómenos normales.

Por otra parte, en ocasiones se prescriben medicamentos de aplicación tópica, como la lidocaína, para reducir las sensaciones de parestesia cuando resultan molestas o dolorosas en sí mismas.

Fenómenos sensoriales asociados

Existen distintos fenómenos sensoriales similares a la parestesia.

1. Disestesia

El término “disestesia” se usa para hacer referencia a la aparición de sensaciones anormales que resultan desagradables; dicho de otro modo, se trata de una variante dolorosa o molesta de la parestesia.

2. Hiperestesia

Llamamos hiperestesia al incremento de la sensibilidad al dolor, es decir, una reducción del umbral de dolor. Este fenómeno incluye la alodinia y la hiperalgesia.

3. Hiperalgesia

La hiperalgesia es la percepción incrementada de dolor ante la presencia de estímulos dolorosos. La fuente de la sensación y ésta se dan en la misma modalidad sensorial (por ejemplo, un pinchazo provoca dolor mecánico).

4. Alodinia

La alodinia consiste en la aparición de sensaciones de dolor en respuesta a estímulos objetivamente no dolorosos. La modalidad sensorial del estímulo y de la sensación no tienen por qué ser equivalentes.

Fuente: Alex Figueroba. Psicólogo Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona, mención en Psicología Clínica.