El fisioterapeuta realiza una evaluación personalizada en cada caso para ofrecer el tratamiento más adecuado a la dolencia del paciente.

¿Cuándo se debe acudir a un fisioterapeuta? Usando el sentido común, la respuesta obvia a esta pregunta sería “pues cuando haya una dolencia o se presente una lesión”.

Esa es la idea más común que se tiene de los fisioterapeutas y la fisioterapia en general. Y, de hecho, no lo voy a negar, estas son dos de las principales razones por las que deberías acudir a una consulta con tu especialista.

Pero existen más razones que estas. El fisioterapeuta puede hacer muchas más cosas por ti y ser un gran aliado en la prevención no solo de futuras lesiones o tratamiento de determinadas patologías. De hecho, puede aconsejarte a la hora de realizar una actividad física y darte pautas para conseguir bienestar general.

6 razones por las que debes acudir al fisioterapeuta

Recuperación de una dolencia o lesión

Una lesión puede tener causas deportivas, derivadas por una intervención quirúrgica o como resultado de un accidente. Ante esta situación, lo más recomendable es recurrir a la fisioterapia.

Recuerda que el fisioterapeuta es el encargado de realizar una evaluación personalizada en cada caso para ofrecer el tratamiento más adecuado a la dolencia del paciente.

Valoración o diagnóstico fisioterapéutico

Cuando acudes al fisioterapeuta por una causa concreta, por ejemplo, un problema que describas o un diagnóstico de un médico, el fisio realizará una valoración que complemente dicho diagnóstico.

Además, valorará el problema en relación con otras articulaciones y estructuras que pueden estar relacionadas indirectamente con la lesión.

Es posible que se acuda por un dolor en la rodilla derecha, pero que el problema sea un mal apoyo por un esguince previo de tobillo izquierdo, que se creía curado pero que está haciendo forzar más la pierna contraria.

Guía y consejos para evitar recaídas

Hay muchas lesiones ocasionadas por distintos factores, ya sean por un sobreesfuerzo en una actividad deportiva, formas inadecuadas de realizar tareas diarias, etcétera, que con el tratamiento fisioterapéutico correcto mejoran y se alivian.

El problema radica en que una vez que volvamos a nuestra rutina diaria, corremos el riesgo de que se produzca nuevamente esa lesión.

Ante este panorama, el fisioterapeuta puede aconsejar e indicar pautas para modificar la actividad que está ocasionando la lesión y así evitar recaídas. Estas pautas deben ser personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada uno.

Medidas preventivas

Como dice el refrán, “más vale prevenir que lamentar” y en esto el fisioterapeuta también puede ser de gran ayuda. Acudir a la consulta puede ser muy beneficioso ya que el profesional de la salud te pude aconsejar sobre cómo prevenir posibles lesiones derivadas de actividades deportivas, trabajo o cualquier otra tarea a realizar.

Ten en cuenta que estos consejos serán siempre personalizados y adaptados para reducir el riesgo de lesión al realizar dichas actividades. Por ejemplo, vendajes para cuidar tobillos en futbolistas o practicantes de artes marciales, pautas para aplicar frío o calor cuando existe una lesión leve, entre otros.

Entrenamiento específico, recuperación y readaptación deportiva

El fisioterapeuta ayuda a aquellas personas que realizan una actividad deportiva importante. Gracias al entrenamiento específico se pueden realizar ejercicios enfocados a fortalecer las zonas más dadas a lesiones según la actividad que se practique.

También puede ser de gran ayuda para la recuperación por una lesión o para una readaptación previo a una competencia deportiva.

En este caso, se trata de que el deportista vuelva a su actividad después de la recuperación y en las condiciones físicas más adecuadas y similares a las que presentaba antes de su lesión.

Técnicas pasivas

Estiramientos, masajes relajantes o deportivos, ejercicios de movilidad, etcétera, son técnicas pasivas muy beneficiosas para los pacientes. Lo ideal es aplicarlas antes de que el dolor sea un problema limitante (hablamos de un dolor muscular o articular principalmente) para que así se pueda garantizar una disminución del riesgo a sufrir una lesión que requiera un tratamiento más largo.

En definitiva, no hay que esperar a tener “dolor” para acudir a un fisioterapeuta. Hay que pensar que la prevención es siempre más ventajosa que la curación y si la mayoría de nosotros tenemos revisiones periódicas con otros profesionales, por ejemplo, el dentista, para prevenir males mayores, ¿por qué no hacer lo mismo con el fisioterapeuta? Seguro que sales ganando.

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Fuentes:

http://clinicajesusrubio.com/index.php/preguntas.html

http://www.vitonica.com/prevencion/cinco-motivos-para-acudir-a-fisioterapia-sin-estar-lesionado

http://www.vitonica.com/fisioterapia/lo-que-tu-fisio-puede-hacer-por-ti-si-lo-visitas

http://salud.uncomo.com/articulo/cuando-debo-ir-al-fisioterapeuta-34539.html

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