Origen de la quiropráctica
Desde hace cientos de años se manejaba la hipótesis de que la columna vertebral ejercía gran influencia en el resto de los sistemas que conforman el cuerpo humano, sin embargo, no fue sino hasta 1895 cuando Daniel David Palmer pudo comprobar esto y desde entonces se dedicó al estudio de las vértebras y los nervios.
El mismo comprobó que la postura puede ser una de las causantes de diversos tipos de problemas de salud.
Desde entonces los profesionales en quiropráctica no han dejado de investigar y estudiar, obteniendo grandes avances que han logrado posicionar la quiropráctica como la tercera profesión sanitaria en el mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) avala la eficacia de la quiropráctica
Desde 1996 la Organización Mundial de la Salud ha reconocido cada logro y avance que la quiropráctica ha conseguido en el área de la salud.
Esta organización afirma y reconoce que la quiropráctica es efectiva en el tratamiento y prevención de dolencias y problemas de índole neuromusculoesquelética, dando como resultado un mejor estado de salud físico y mental en las personas que reciben estos cuidados.
La quiropráctica y su compatibilidad
La quiropráctica no requiere de medicación ni es invasiva, sólo se utilizan técnicas manuales que corrigen, reacomodan y ajustan la estructura ósea, consiguiendo optimizar la función de la musculatura y los nervios.
Si durante el examen inicial o durante el tratamiento se detecta cualquier anomalía que pueda ser atendida por otros especialistas inmediatamente se recomendará al paciente la consulta con el profesional correspondiente, la salud del paciente es lo primordial y trabajamos con una visión holística y una mente abierta para conseguir los mejores resultados.
La quiropráctica por no ser invasiva puede combinarse con otros tipos de terapias cuando sea necesario, no hay contraindicaciones para el cuidado quiropráctico.