Las malformaciones leves pueden provocar desajustes, mientras que las  más graves pueden causar debilidad, incontinencia urinaria o parálisis: Espina bífida

La espina bífida es una malformación congénita que ocurre cuando la columna vertebral del bebé no se forma normalmente. Como resultado, la columna vertebral y los nervios que se ramifican hacia afuera pueden resultar dañados.

A veces, se provoca una abertura en la espalda, que es visible. En algunos casos, no hay una abertura y la malformación permanece oculta debajo de la piel.

Es por ello que las malformaciones leves pueden provocar desajustes, mientras que las  más graves pueden causar debilidad, incontinencia urinaria o parálisis. 

Además, los niños con una abertura expuesta en la espalda necesitarán una cirugía para cerrarla.

Causas

Los niveles bajos en ácido fólico durante el embarazo está relacionada con dicho problema. Esta vitamina tiene un papel de importancia en el desarrollo y el crecimiento de las células y tejidos.

No contar con suficiente ácido fólico en la dieta antes del embarazo o durante los primeros meses de gestación puede incrementar el riesgo y otras malformaciones del tubo neural.

Tipos de espina bífida

Espina bífida oculta

No obstante la espina bífida oculta no se detecta hasta que el niño ha nacido. En estos casos, para diagnosticar la afección, los médicos hacen una ecografía a bebés menores de 3 meses.

Del mismo modo, a bebés de mayor edad recurren a una resonancia magnética (MRI) o una tomografía computada.

Espina bífida abierta

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Diagnóstico

Los futuros padres tal vez puedan saber si su bebé tiene espina bífida realizando algunos estudios prenatales, como el de alfafetoproteína (AFP).

Este es un análisis de sangre que se realiza entre las semanas 16 y 18 del embarazo y que mide cuánta AFP producida por el feto ha pasado al torrente sanguíneo de la madre.

Si la cantidad es elevada, tal vez se vuelva a hacer el análisis para asegurarse de que el resultado sea correcto.

Pero si el segundo resultado es elevado, podría significar que el bebé tiene espina bífida. En este caso, se realizarán otros análisis para comprobar y confirmar el diagnóstico.

En la mayoría de los casos de espina bífida abierta, los médicos pueden ver la malformación en las ecografías prenatales (ultrasonidos).

La amniocentesis también puede ayudar a determinar si el bebé tiene espina bífida. Se inserta una aguja a través del vientre de la madre hasta el útero para recolectar líquido que se analiza en busca de AFP.

Tratamiento

El tratamiento de la espina bífida depende de su gravedad. Como esta condición puede afectar a distintos sistemas del organismo, como los sistemas nervioso y esquelético.

Los niños tal vez necesiten el apoyo de un equipo de profesionales de la salud, el cual puede incluir médicos (neurocirujanos, urólogos y cirujanos ortopédicos), terapeutas físicos, ocupacionales y trabajadores sociales.

Los bebés con espina bífida oculta quizás no necesiten ningún tratamiento, a menos que la médula espinal esté anclada, lo que provocaría problemas más tarde (durante los estirones de crecimiento).

Por eso es necesario desanclar la médula espinal del tejido que la rodea con una operación para que, después, no tengan problemas de salud a largo plazo.

Pronóstico

Después de la cirugía, los bebés que nacen con un meningocele o un mielomeningocele tal vez necesiten cuidados a largo plazo para ayudar a tratar cualquier afección de base que surja por su espina bífida.

Quienes tienen parálisis pueden llegar a necesitar dispositivos que los ayuden a caminar como férulas, andadores o sillas de ruedas.

Con la atención médica adecuada, los niños pueden llevar vidas activas y normales. La meta es crear un estilo de vida para ellos y sus familias en el que su discapacidad interfiera lo menos posible con las actividades cotidianas normales.

Prevención

Muchos casos de espina bífida se pueden prevenir si las mujeres en edad fértil toman 0,4 mg (400 microgramos) de ácido fólico todos los días antes del embarazo y continúan tomándolo durante el primer trimestre del embarazo.

Algunas mujeres tal vez deban tomar más ácido fólico, en especial si están medicadas con ácido valproico para la epilepsia o la depresión.

Como muchas mujeres no se enteran de que están embarazadas hasta la cuarta o quinta semana de embarazo, es importante comenzar a tomar ácido fólico antes de quedar embarazada.

Esta es la mejor protección para el bebé por nacer. Algunas fuentes adecuadas de ácido fólico son los huevos, el jugo de naranja y las verduras de hojas verde oscuras. Además, muchos complejos de vitaminas contienen la dosis recomendada de ácido fólico.

Fuente: Kids Health

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