A pesar de haber distintas causas, hay que considerar que existen más de 250 enfermedades reumáticas ante un dolor articular.

Las molestias de dolor articular pueden ser síntomas bastante frecuentes en diversas partes del cuerpo como rodillas, codos, muñecas, tobillos, entre otros.

Dichas molestias pueden ser en forma de pinchazos, dolor agudo, rigidez e inflamación los cuales imposibilitan la realización de actividades y llegan a afectar la calidad de vida o el descanso.

 Sin embargo el dolor articular puede reducirse según sus causas y características. Por ejemplo, si las molestias son mecánicas o inflamatorias.

Causas del dolor articular

Las causas mecánicas o de función se originan debido al aumento de movimiento y esfuerzo en articulaciones, lo cual puede mejorar con reposo. Es característico en procesos degenerativos como la artrosis.

Por otro lado, con respecto a las características inflamatorias no se arreglan solo con reposo, se acompañan de enrojecimiento e inflamación en las articulaciones. Estas pueden ser causadas por enfermedades reumáticas inflamatorias como la artritis reumatoide.

A pesar de haber distintas causas hay que considerar que existen más de 250 enfermedades reumáticas ante un dolor articular, por lo que es necesario tener una buen historia clínica para llegar al diagnóstico correcto.

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El ejercicio, un aliado frente al dolor articular

Hay que tomar en cuenta que el dolor articular aparece cuando existe una lesión o enfermedad reumática por lo que desgraciadamente no puede prevenirse.

De igual forma, si dicho dolor aparece cuando existe una lesión, lo más importante es realizar ejercicio físico en forma regular para favorecer la movilidad articular y potenciar la musculatura.

Además, una vez que se conoce la causa exacta que produce el dolor, es necesario proteger las articulaciones para evitar la progresión de la enfermedad.

También, existen creencias que afirman que algunos alimentos pueden reducir e incluso llegar a prevenir el dolor articular, pero no existen unas recomendaciones dietéticas específicas para las enfermedades reumáticas.

Es recomendable tener una dieta equilibrada para evitar la obesidad y, en algunos casos, asegurar una correcta ingesta de calcio.

Asimismo, es aconsejable evitar hábitos tóxicos, como el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, así como tener un calzado adecuado y procurar un buen descanso nocturno.